25.8.07

Ciudad de México: el boulevard de los sueños rotos

(Este post está dedicado a mi amiga Dragonfly, a falta de mapa)

“En el boulevard de los sueños rotos
vive una dama de poncho rojo,
pelo de plata y carne morena,
mestiza ardiente de lengua libre,
gata valiente de piel de tigre,
con voz de rayo de luna llena
Por el boulevard de los sueños rotos
pasan de largo los terremotos
y hay un tequila por cada duda
cuando Agustín se sienta al piano,
Diego Rivera, lápiz en mano,
dibuja a Frida Kahlo desnuda
Por el boulevard de los sueños rotos,
moja una lágrima antiguas fotos
y una canción se burla del miedo
las amarguras no son amargas
cuando las canta Chavela Vargas
y las escribe un tal José Alfredo”


Joaquín Sabina


La Ciudad de México no tiene grises. Se ama o se odia. Se disfruta o se padece. Yo me enamoré de ella.
Se trata de una ciudad caótica, inmensa, contaminada, con un tránsito endemoniado, algo insegura, pero a la vez mágica.
Es una ciudad llena de vida, con olores, sabores, sonidos. Es un mundo en sí misma, y en ella se puede recorrer una avenida hecha a imagen y semejanza de la fastuosa Champs Elysees de París, y en pocos minutos tropezarse literalmente con un descubrimiento arqueológico azteca.
Cualquier recorrido por la Ciudad de México debe comenzar por el Zócalo, una amplia plancha de cemento, una plaza seca contigua a la catedral, el palacio nacional y el Templo Mayor.
La catedral parece caerse, como si no resistiera el paso de los siglos. Está dotada de una belleza melancólica. Su ubicación, justo al lado de imponentes ruinas aztecas, es una paradoja del tiempo, una yuxtaposición del pasado de México. Es una postal ideal para iniciar un recorrido por la ciudad.
Pero en el Palacio Nacional está una de las gemas del Distrito Federal: el inmenso y sobrecogedor mural de Diego Rivera relativo a la historia de México. Allí se puede ver a mayas y aztecas; a misioneros con Biblia y garrote; a conquistadores despiadados; a Emiliano Zapata y los primeros zapatistas; a Pancho Villa invadiendo Estados Unidos con una turba de menesterosos; al Cura Hidalgo. Les aseguro que vale la pena ir a México sólo para ver ese mural.
El centro histórico es un deleite. Iglesias coloniales, ruinas de culturas precolombinas, mercados al aire libre, comida típica mexicana en los tenderetes ambulantes, y hasta el sitio exacto donde se conocieron Hernán Cortez y Moctezuma, guían al viajero hasta la Alameda Central, un inmenso parque que de algún modo separa el casco antiguo del centro moderno.
Cerca del otro lado del parque nace el imponente Paseo de la Reforma. Dicha avenida fue realizada durante el mandato de Maximiliano de Habsburgo en el siglo XIX, durante los cortos años de dominio francés. Esto explica que el Paseo de la Reforma haya sido construido imitando la más famosa avenida de París, los Campos Elíseos. Lo curioso es que Maximiano la mandó a construir para ir desde su residencia hacia el palacio de gobierno, sintiéndose en París.
A medida que se camina por Reforma se descubren distintos monumentos, hasta llegar al icónico Ángel de la Independencia, contiguo a la Zona Rosa, famosa por su movida nocturna.
Reforma finaliza en el Bosque de Chapultepec, un milagro de la naturaleza, un parque gigantesco en medio de una interminable jungla de cemento.
Saliendo del centro, la Ciudad de México ofrece otros lugares irresistibles. Hacia el sur, Coyoacán ofrece una atmósfera especial, bohemia, y los museos de León Trotsky y Frida Kahlo son imperdibles. Cerca de allí, el mercado de los sábados de San Ángel es un sitio ideal para perderse entre las artesanías.
Y la Ciudad regala mucho más: Xochimilco, Teotihuacan, el Estadio Azteca. Es una ciudad interminable. Y siempre quedarán más lugares para ver. Y por eso siempre habrá excusa para volver.





Fotos (de arriba a abajo)

1) Vista del Zócalo. Al fondo, la Catedral y el Palacio Nacional.
2) Una vista del Centro Histórico, desde el Templo Mayor.
3) El Ángel de la Independencia, en el Paseo de la Reforma.
4) La Pirámide del Sol, en Teotihuacan.
5) Mariana y yo en los canales de Xochimilco.
6) Mariachis en Xochimilco.
7) El Estadio Azteca. Al fondo, el arco en el que Diego nos dio la mayor felicidad que el fútbol es capaz de dar, levantando la mano hasta el cielo y gambeteando ingleses hasta el infinito, hace ya 21 años.

16.8.07

La Guerra de Cuarta Generación: "El Imperio Bélico Comunicacional”

“Mientras usted descansa, mientras consume, mientras goza de los espectáculos que le ofrece el sistema, un ejército invisible se está apoderando de su mente, de su conducta y de sus emociones. Su voluntad está siendo tomada por fuerzas de ocupación invisibles sin que usted sospeche nada. Las batallas ya no se desarrollan en espacios lejanos, sino en su propia cabeza. Ya no se trata de una guerra por conquista de territorios, sino de una guerra por conquista de cerebros, donde usted es el blanco principal”.

Manuel Freytas, sociólogo brasileño


La cita anterior puede parecer extraída de algún bodrio de ciencia ficción made in Hollywood. Pero no es así.
La Guerra de Cuarta Generación (4GW según sus siglas en inglés), es de verdad. Se trata del término usado por los analistas y estrategas militares para describir la última fase de la guerra en la era de la tecnología informática y de las comunicaciones globalizadas, que comenzó con los (auto) atentados del 11-S.
Las grandes unidades militares (barcos, aviones, tanques, submarinos, etc.) son complementadas por un gran aparato mediático compuesto por las grandes redacciones y estudios de radio y televisión, con el objetivo de apoderarse y controlar la conducta social de manera masiva.
Los bombardeos mediáticos están destinados a destruir el pensamiento reflexivo (información, procesamiento y síntesis) y a sustituirlo por una sucesión de imágenes sin resolución de tiempo y espacio (alienación controlada). Los bombardeos mediáticos no operan sobre la inteligencia de las personas, sino sobre su psicología: no manipulan su conciencia sino sus deseos y temores inconcientes.
Los “guerreros psicológicos” no quieren que la gente “piense” información, sino que consuma información: noticias, títulos, imágenes, que excitan sus sentidos y su curiosidad, sin conexión entre sí.
Por ejemplo, cuando la gente lee o escucha titulares que contengan la palabra “Islam”, su mente está consumiendo consignas de miedo asociadas con “terrorismo”.
Para lograr llevar a cabo la 4GW, es necesario que los medios de comunicación se presten a estos fines. Para ello fue necesario concentrar los medios en cada vez menos dueños. En 1983, 50 corporaciones poseían los principales medios globales. En 2002 eran sólo nueve corporaciones. Actualmente son cinco. Rupert Murdoch dijo que pronto habrá sólo tres gigantes mediáticos globales, y que su compañía será uno de ellos.
El australiano John Pilger, autor del extraordinario libro “Próxima estación: Libertad”, dijo recientemente algo que ejemplifica a la perfección lo antedicho:
“Además de acumular un imperio mediático, Murdoch ha sido acusado repetidamente de utilizar sus posesiones en los medios para impulsar su agenda política. En 2003, los 175 periódicos de Murdoch apoyaron la invasión de Irak. Habló con el ex primer ministro británico Tony Blair durante la preparación de la invasión y hay quienes dentro del círculo íntimo de Blair lo llamaron “el 24º miembro del gabinete de Blair”.

Transcribo a continuación algunos párrafos del libro de Pilger, que son impresionantes:

“Los medios estadounidenses e ingleses otorgaron sólo un 2 % de su cobertura sobre Irak a quienes se oponían a la guerra. Por el contrario, un 90 % de los informes sobre armas de destrucción masiva sugería que Saddam Hussein realmente las poseía, y que como consecuencia obvia Bush y Blair tenían razón”.

“Los medios describen la invasión de Irak no como un error de cálculo. No ilegal, no basado en mentiras, sino un error de cálculo. Las palabras “error” y “desatino” son moneda corriente en las noticias, junto con “fracaso”. Esto sugiere que si el ataque deliberado, calculado, ilegal, contra un Irak indefenso hubiera tenido éxito, todo habría sido perfecto. Se trata de la normalización de lo impensable. Porque eso es lo que hace el lenguaje estereotipado de los medios y para eso ha sido elaborado: normaliza lo impensable; la degradación de la guerra, las extremidades amputadas, los niños mutilados, todo se vuelve rutinario, normal”.
“En Vietnam, Estados Unidos utilizó armas prohibidas contra civiles como experimentos y perpetró un genocidio. Sin embargo, las películas de Hollywood que vinieron después de la Guerra de Vietnam, fueron una extensión del periodismo, de la normalización de lo impensable. Algunas de las cintas criticaban las tácticas de los militares, pero todas se concentraban en la angustia de los invasores. La primera de esas películas es “The Deerhunter” (El cazador), cuyo mensaje era que Estados Unidos había sufrido, que estaba afligido, que muchachos estadounidenses habían hecho lo posible contra bárbaros orientales. Se dijo que la aclamada película de Oliver Stone, “Pelotón”, era contraria a la guerra, y que mostraba atisbos de vietnamitas como seres humanos, pero también destacó sobre todo al invasor estadounidense como víctima”.

“He hecho una serie de documentales sobre Camboya. Uno de ellos describe el bombardeo estadounidense que fue el catalizador para el ascenso de Pol Pot (dictador que asesinó a 2.000.000 de personas (el 25 % de la población del país). Ofrecí el documental al canal estadounidense PBS. Los ejecutivos de PBS que lo vieron se horrorizaron. Murmuraron entre sí. Me pidieron que esperara afuera. Uno de ellos terminó por aparecer y dijo: ‘admiramos su filme. Pero nos inquieta que diga que Estados Unidos haya preparado el camino para Pol Pot’. El film fue emitido en 60 países y fue uno de los documentales más vistos en el mundo. Nunca fue mostrado en Estados Unidos”.

“Hablamos de un sistema, no de personas. Y a pesar de ello, mucha gente piensa que el problema son George W. Bush y su pandilla. Y sí, la pandilla de Bush es extrema. Pero no son más que una versión extrema de lo que ha sucedido antes. Muchas más guerras han sido comenzadas por demócratas que por republicanos. Que se ignore esta verdad es una garantía de que continúe el sistema de la propaganda y de la guerra. Bill Clinton fue el presidente más violento de fines del Siglo XX. Durante los años ‘90, Clinton impuso un sitio medieval en Irak, matando a un millón de personas, incluyendo 500.000 niños, según datos de las Naciones Unidas. Los medios no informaron sobre esta carnicería, ya que los Demócratas deben figurar como “los buenos” en el imaginario popular, mientras que los Republicanos son “los malos”. El poder opta por “buenos” o “malos” según los humores de la población estadounidense, pero en realidad son parte del mismo sistema”.

“En el último medio siglo, los gobiernos de Estados Unidos han derrocado a 50 gobiernos, muchos de ellos democráticos. Treinta países han sido atacados y bombardeados, con la pérdida de innumerables vidas. Atacar a Bush está muy bien, pero en cuanto comenzamos a aceptar la seducción atractiva del baboseo demócrata perdemos la batalla por la historia, y nosotros mismos somos silenciados”.


“No hay que equivocarse, lo que está detrás de la campaña mundial a favor de la cadena venezolana RCTV se produce ante la amenaza que representa para el poder hegemónico que le silencien una pata de su esquema de dominación. El desafío para nosotros es arrancar este conocimiento subyugado de la clandestinidad y llevarlo a la gente común”.

“Hay que apurarse. La democracia liberal se mueve hacia una forma de dictadura corporativa. Es un cambio histórico, y no hay que permitir que los medios sean su fachada. Si a la mayoría de la gente se le niega la verdad y las ideas de la verdad, es hora de asaltar “la Bastilla de las palabras”. Esa hora es ahora”.

Relean esta última frase.
¿Ya lo hicieron? Soy completamente optimista. Cuando un imperio apela a medidas extremas como la 4GW o la narrada en el post anterior, es porque su hora final esta cerca. Sólo hay que mover el árbol para que caiga la fruta, que ya está podrida. Visto en perspectiva histórica, lo que estamos sufriendo es el hedor de esa fruta.

8.8.07

¿Se vuelve a incendiar el Reichstag?

“La historia repite como farsa lo que fue tragedia”
Karl Marx

Es notorio y conocido en todo el mundo que el régimen de George W. Bush está en su peor momento. Afronta mínimos de popularidad históricos tanto dentro de Estados Unidos como fuera, la guerra en Irak es condenada en todo el mundo y se ve utópica la posibilidad de que el Partido Republicano gane las elecciones presidenciales de 2008.
Sin embargo, Bush no quiere rendirse tan fácil. En los últimos días emitió dos Órdenes Ejecutivas (en los países latinoamericanos se las suele llamar Decretos), que son realmente espeluznantes.
La primera de esas normas prohíbe demostraciones públicas en contra de la guerra, y ya ocasionó, por ejemplo, el encarcelamiento de Cindy Shennan, madre de un soldado muerto en Irak y a partir de entonces, activista pacifista.
La segunda es aún peor: establece que si aconteciera un nuevo atentado terrorista dentro del territorio estadounidense, Bush queda facultado para declarar la ley marcial, militarizar el país y convertirse en dictador.
Sí, así como leyeron.
Es bastante lógico pensar que antes de las elecciones, ocurrirá un nuevo “atentado”, que al igual que en el 11-S, Bush perpetrará o “dejará hacer”, para convertirse en un dictadorzuelo.
¿Se saldrá con la suya?
Es difícil de saber. En Estados Unidos, más que en ningún otro país, es el poder económico y lo que se suele llamar la “América Corporativa”, la que decide los pasos a seguir. Ellos están en una disyuntiva: por un lado, saben que la política de Bush les ha permitido enriquecerse hasta el infinito, pero que tiene sus límites, y que cada vez cuentan con menos consenso.
Por otra parte, saben que un eventual gobierno de Hillary Clinton o de Barack Obama será mejor visto en el mundo (nada difícil de lograr después de Bush), pero dudan que tengan la fuerza necesaria (sí la intención) para continuar la política belicista e imperialista que hoy permite que continúe la hegemonía estadounidense.
A la vez, de ganar el Partido Demócrata, sucedería un hecho inédito: la coincidencia de ese partido en el poder con la permanencia de muchos gobiernos hostiles a Estados Unidos en Latinoamérica, algo que el establishment estadounidense ve con mucha preocupación.
Aún no han tomado una decisión, y para tener todos los flancos cubiertos, se emitió este engendro jurídico.

Hoy parece irreal pensar que Estados Unidos pueda pulverizar su sistema “democrático”, es cierto. Pero recordemos que Hitler llegó al poder ganando las elecciones, pero para que su gobierno fuera una dictadura, pudiera vulnerar todos los derechos humanos y perpetrar todas sus atrocidades, en 1933 debió incendiar el Reichstag (parlamento alemán), acusando del hecho a los comunistas. Y casi nadie entonces se tomó en serio a Hitler. Las consecuencias están a la vista.
¿El incendio del Reichstag es el “atentado terrorista” de 2008?
Pensándolo bien, ¿Alguien podría hoy diferenciar a Hitler de Bush?
Lo recién descripto es una posibilidad. Nadie asegura que vaya a pasar. Pero cuando el río suena…es porque agua lleva.

En los siguientes links pueden conocer más detalles de las normas emitidas por Bush

http://globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=6377

http://globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=6134

La imagen superior pertenece a http://www.aporrea.org/

La foto inferior corresponde al incendio del Reichstag, en 1933.

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