Vienen por lo nuestro ¡Defendámoslo!
“Nada bueno surgirá nunca de América Latina”
Henry Kissinger, funcionario del gobierno estadounidense
durante la década del ’70, y promotor de la mayoría de los
Golpes de Estado en Latinoamérica. Actualmente es consejero de George W. Bush.
Desde hace algún tiempo, Estados Unidos y otros países desarrollados están sembrando la idea de que determinadas regiones ricas en recursos para el planeta, deben convertirse en “patrimonio universal”. En Latinoamérica hay tres regiones codiciadas: La Patagonia argentina y chilena; el Acuífero Guaraní, principal reservorio de agua potable del mundo, que se halla subterráneo bajo el territorio de Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil; y la selva amazónica, compartida por Brasil, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Paraguay.
La excusa es que todos estos países no están en condiciones de preservar esos recursos naturales.
La verdadera razón es que las principales potencias buscan apropiarse esos recursos.
Durante un debate realizado en una prestigiosa universidad de Estados Unidos, le preguntaron al Ministro de Educación de Brasil, Cristovao Buarque, qué pensaba sobre la internacionalización de la Amazonia.
El catedrático estadounidense que había formulado la pregunta agregó que esperaba la respuesta de un humanista y no de un brasileño.
Lean la respuesta de Cristovao Buarque. Vale la pena:
“Si la Amazonia, desde una ética humanista, debe ser internacionalizada, internacionalicemos también las reservas de petróleo del mundo entero. El petróleo es tan importante para el bienestar de la humanidad como la Amazonia para nuestro futuro. A pesar de eso, los dueños de las reservas creen tener el derecho de aumentar o disminuir la extracción de petróleo y subir o no su precio.
De la misma forma, el capital financiero de los países ricos debería ser internacionalizado. Si la Amazonia es una reserva para todos los seres humanos, no se debería quemar solamente por la voluntad de un dueño o de un país. Quemar la Amazonia es tan grave como el desempleo provocado por las decisiones arbitrarias de los especuladores globales. No podemos permitir que las reservas financieras sirvan para quemar países enteros en la voluptuosidad de la especulación.
Cuando las Naciones Unidas realizaron el Foro Del Milenio, algunos presidentes de países tuvieron dificultades para participar, debido a situaciones desagradables surgidas en la frontera de los Estados Unidos. Por eso, creo que Nueva York, como sede de las Naciones Unidas, debe ser internacionalizada.
Si Estados Unidos quiere internacionalizar la Amazonia, para no correr el riesgo de dejarla en manos de los brasileños, internacionalicemos todos los arsenales nucleares. Basta pensar que ellos, los estadounidenses, ya demostraron que son capaces de usar esas armas, provocando una destrucción miles de veces mayor que las lamentables
quemas realizadas en los bosques de Brasil.
En sus discursos, los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos siempre han defendido la idea de internacionalizar las reservas forestales
del mundo a cambio de la deuda externa de los países. Comencemos usando esa deuda para garantizar que cada niño del mundo tenga la posibilidad de comer y de ir a la escuela.
Internacionalicemos a los niños, tratándolos a todos ellos sin importar el país donde nacieron, como patrimonio que merecen los cuidados del mundo entero. Cuando los dirigentes traten a los niños pobres del mundo como Patrimonio de la Humanidad, no permitirán que trabajen cuando debieran estudiar; que mueran cuando debieran vivir. Como humanista, acepto defender la internacionalización del mundo; pero, mientras el mundo me trate como brasileño, lucharé para que la Amazonia sea nuestra. ¡Solamente nuestra!”.
La expoliación y saqueo de recursos naturales latinoamericanos ocurre en casi todos los países de la región: el emprendimiento minero de Pascua Lama en Argentina y Chile; las plantas de celulosa en Uruguay; la mina de Yanacocha en Perú; la destrucción del ecosistema y del hábitat de decenas de comunidades indígenas en el oriente ecuatoriano por la explotación petrolera; el robo descarado del gas boliviano, son sólo algunos lamentables ejemplos.
Sin embargo no son todas malas noticias. En Esquel, pequeña localidad del sur argentino, la comunidad se movilizó durante meses, y logró evitar que se instale una mina de la Barrick Gold, la empresa de George Bush padre. Ingresen a www.noalamina.org y conocerán detalles de esta heroica gesta.
Aprendamos de la gente de Esquel. Aprendamos de Cristovao Buarque. No dejemos que nos sigan robando en nuestra propia cara. Es hora de decir basta.
Imágenes
1) Cristovao Buarque
2) Libro de texto escolar estadounidense. En el mapa de Sudamérica la Amazonia aparece como una especie de protectorado internacional, independiente de casi todos los países de la región que poseen territorios en ella.
Henry Kissinger, funcionario del gobierno estadounidense
durante la década del ’70, y promotor de la mayoría de los
Golpes de Estado en Latinoamérica. Actualmente es consejero de George W. Bush.
Desde hace algún tiempo, Estados Unidos y otros países desarrollados están sembrando la idea de que determinadas regiones ricas en recursos para el planeta, deben convertirse en “patrimonio universal”. En Latinoamérica hay tres regiones codiciadas: La Patagonia argentina y chilena; el Acuífero Guaraní, principal reservorio de agua potable del mundo, que se halla subterráneo bajo el territorio de Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil; y la selva amazónica, compartida por Brasil, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Paraguay.
La excusa es que todos estos países no están en condiciones de preservar esos recursos naturales.
La verdadera razón es que las principales potencias buscan apropiarse esos recursos.
Durante un debate realizado en una prestigiosa universidad de Estados Unidos, le preguntaron al Ministro de Educación de Brasil, Cristovao Buarque, qué pensaba sobre la internacionalización de la Amazonia.
El catedrático estadounidense que había formulado la pregunta agregó que esperaba la respuesta de un humanista y no de un brasileño.
Lean la respuesta de Cristovao Buarque. Vale la pena:
“Si la Amazonia, desde una ética humanista, debe ser internacionalizada, internacionalicemos también las reservas de petróleo del mundo entero. El petróleo es tan importante para el bienestar de la humanidad como la Amazonia para nuestro futuro. A pesar de eso, los dueños de las reservas creen tener el derecho de aumentar o disminuir la extracción de petróleo y subir o no su precio.
De la misma forma, el capital financiero de los países ricos debería ser internacionalizado. Si la Amazonia es una reserva para todos los seres humanos, no se debería quemar solamente por la voluntad de un dueño o de un país. Quemar la Amazonia es tan grave como el desempleo provocado por las decisiones arbitrarias de los especuladores globales. No podemos permitir que las reservas financieras sirvan para quemar países enteros en la voluptuosidad de la especulación.
Cuando las Naciones Unidas realizaron el Foro Del Milenio, algunos presidentes de países tuvieron dificultades para participar, debido a situaciones desagradables surgidas en la frontera de los Estados Unidos. Por eso, creo que Nueva York, como sede de las Naciones Unidas, debe ser internacionalizada.
Si Estados Unidos quiere internacionalizar la Amazonia, para no correr el riesgo de dejarla en manos de los brasileños, internacionalicemos todos los arsenales nucleares. Basta pensar que ellos, los estadounidenses, ya demostraron que son capaces de usar esas armas, provocando una destrucción miles de veces mayor que las lamentables
quemas realizadas en los bosques de Brasil.
En sus discursos, los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos siempre han defendido la idea de internacionalizar las reservas forestales
del mundo a cambio de la deuda externa de los países. Comencemos usando esa deuda para garantizar que cada niño del mundo tenga la posibilidad de comer y de ir a la escuela.
Internacionalicemos a los niños, tratándolos a todos ellos sin importar el país donde nacieron, como patrimonio que merecen los cuidados del mundo entero. Cuando los dirigentes traten a los niños pobres del mundo como Patrimonio de la Humanidad, no permitirán que trabajen cuando debieran estudiar; que mueran cuando debieran vivir. Como humanista, acepto defender la internacionalización del mundo; pero, mientras el mundo me trate como brasileño, lucharé para que la Amazonia sea nuestra. ¡Solamente nuestra!”.
La expoliación y saqueo de recursos naturales latinoamericanos ocurre en casi todos los países de la región: el emprendimiento minero de Pascua Lama en Argentina y Chile; las plantas de celulosa en Uruguay; la mina de Yanacocha en Perú; la destrucción del ecosistema y del hábitat de decenas de comunidades indígenas en el oriente ecuatoriano por la explotación petrolera; el robo descarado del gas boliviano, son sólo algunos lamentables ejemplos.
Sin embargo no son todas malas noticias. En Esquel, pequeña localidad del sur argentino, la comunidad se movilizó durante meses, y logró evitar que se instale una mina de la Barrick Gold, la empresa de George Bush padre. Ingresen a www.noalamina.org y conocerán detalles de esta heroica gesta.
Aprendamos de la gente de Esquel. Aprendamos de Cristovao Buarque. No dejemos que nos sigan robando en nuestra propia cara. Es hora de decir basta.
Imágenes
1) Cristovao Buarque
2) Libro de texto escolar estadounidense. En el mapa de Sudamérica la Amazonia aparece como una especie de protectorado internacional, independiente de casi todos los países de la región que poseen territorios en ella.