La barbarie
Desde hace algunos años, los "gurúes" económicos del establishment, los políticos "serios y responsables", los medios de desinformación masiva y los "idiotas útiles" le cantan loas al libre mercado, lo señalan como la solución para la mayoría de los males de la humanidad y aseveran que la libre competencia, la apertura económica y la globalización serán "el futuro".
Generalmente acompañan su discurso asegurando que las fronteras nacionales dejan de tener sentido, y que los países deben abrirlas para que los "beneficios" lleguen a sus sociedades.
Todo esto lo hemos escuchado tanto que muchos ya lo han asumido como real.
Hay sobrados argumentos que demuestran que lo antedicho es un sofisma, y peor aún, la falacia más grande del mundo moderno.
Sería muy largo enumerarlos a todos, por lo que voy a hacer hincapié sólo en uno: el gasto militar.
Suponiendo sólo por un momento que fuera cierta la teoría, no tendría sentido la manuntención de costosos ejércitos, la fabricación y compra de sofisticadas armas, y menos aún, la existencia de la mayor cantidad de conflictos armados de la historia en forma simultánea, como ocurre hoy en día.
Los medios de "alienación" masiva sólo hablan de Irak y más recientemente del Líbano, pero actualmente se desarrollan 26 conflictos armados en todo el mundo.
Es una paradoja. Simultáneamente, se relativizan las fronteras nacionales y los conceptos de soberanía económica de los países, y a la vez, se produce tal baño de sangre.
Veamos el caso de Estados Unidos, por ser exponencial.
Dicho país, el principal impulsor de estas políticas económicas, destina según su Presupuesto del año 2006, la escalofriante cifra de 500.000 millones de dólares al gasto militar.
La cifra es inabarcable, por lo que conviene ponerla en perspectiva:
500.000 millones de dólares por año.
1370 millones de dólares por día.
57 millones de dólares por hora.
950.000 dólares por minuto.
16.000 dólares por segundo.
Recordemos que estos números corresponden al presupuesto militar solamente de Estados Unidos, y solamente de un año. A todo esto se le podría agregar la cantidad de dinero que Estados Unidos destina a equipar otros ejércitos o movimientos armados afines a sus intereses, como por ejemplo Israel o los paramilitares colombianos, y la cantidad de dinero que otros países desarrollados destinan al gasto militar.
Paralelamente, 3.000 millones de personas en el mundo sobreviven con menos de dos dólares diarios.
No hace falta imaginar qué sencillo sería combatir el hambre y la miseria acabando con el gasto militar.
¿Por qué esto no ocurre? La respuesta es simple, y desnuda la mentira del capitalismo y el libre mercado: no existe tal prosperidad a partir del capitalismo, la apertura económica, el reinado de las multinacionales, el libre comercio, los TLC, el ALCA, etc.
Lo único que esas políticas promueven es una escandalosa riqueza en pocas manos. A la vez, algunos sectores de las clases medias se ven beneficiados tangencialmente, como mano de obra calificada.
El resto de la humanidad se ve empujada a la explotación, en el mejor de los casos, o al hambre, la miseria y la desnutrición, en el peor de los escenarios.
La única manera de mantener el sistema, es destinando buena parte de las utilidades al gasto militar.
Pero aquí no termina todo: ¿Quiénes son los dueños de las megacorporaciones del complejo militar-industrial? Obviamente, los mismos que se empeñan en sostener el sistema, por lo que todo es un círculo criminal.
Esto se sostiene con la anuencia de buena parte de las clases medias, alienadas con productos superfluos, consumismo inocuo y por los mensajes que se emiten desde los medios de des-información, que, oh casualidad, también son propiedad de los mismos sostenedores del sistema.
¿Y los pobres? Es imposible masacrar a todos. Es cierto, para ello está la religión. Las iglesias, todas, son el principal bastión espiritual de este desastre. Durante milenios han sembrado la idea de que éste mundo es un lugar de paso, y que la verdadera felicidad llega después, eso sí, únicamente si nos portamos bien (Léase resignarse a nuestra suerte y no cuestionar).
Para los que se mantienen inmunes a todo esto, y además se organizan para enfrentarlo, ahí sí, están las bombas.
Esto no es democracia, no es el "mundo libre", no es civilización. Esto tiene un sólo nombre: Barbarie.
Todos los imperios han caído. La historia es testigo de ello. Y éste no será la excepción. Pero no se caerá solo. Hay que voltearlo. Está en nosotros logarlo, y mucho más importante, construir la alternativa.
Un sistema inclusivo, solidario, que priorice la realización del individuo como sujeto social y no como consumidor. Una sociedad internacionalista, sin fronteras, donde todos valgamos por igual.
Esa alternativa existe: se llama socialismo. Pero el socialismo real, no el esperpento en el que se convirtió la Unión Soviética. No el engendro en que ha devenido China. Un socialismo democrático, horizontal, participativo y popular. Un socialismo que no permita la apropiación de los medios de producción. En definitiva, un mundo feliz.
Hoy la alternativa está más visible que nunca.
Es Socialismo o Barbarie.
La elección es nuestra.
Generalmente acompañan su discurso asegurando que las fronteras nacionales dejan de tener sentido, y que los países deben abrirlas para que los "beneficios" lleguen a sus sociedades.
Todo esto lo hemos escuchado tanto que muchos ya lo han asumido como real.
Hay sobrados argumentos que demuestran que lo antedicho es un sofisma, y peor aún, la falacia más grande del mundo moderno.
Sería muy largo enumerarlos a todos, por lo que voy a hacer hincapié sólo en uno: el gasto militar.
Suponiendo sólo por un momento que fuera cierta la teoría, no tendría sentido la manuntención de costosos ejércitos, la fabricación y compra de sofisticadas armas, y menos aún, la existencia de la mayor cantidad de conflictos armados de la historia en forma simultánea, como ocurre hoy en día.
Los medios de "alienación" masiva sólo hablan de Irak y más recientemente del Líbano, pero actualmente se desarrollan 26 conflictos armados en todo el mundo.
Es una paradoja. Simultáneamente, se relativizan las fronteras nacionales y los conceptos de soberanía económica de los países, y a la vez, se produce tal baño de sangre.
Veamos el caso de Estados Unidos, por ser exponencial.
Dicho país, el principal impulsor de estas políticas económicas, destina según su Presupuesto del año 2006, la escalofriante cifra de 500.000 millones de dólares al gasto militar.
La cifra es inabarcable, por lo que conviene ponerla en perspectiva:
500.000 millones de dólares por año.
1370 millones de dólares por día.
57 millones de dólares por hora.
950.000 dólares por minuto.
16.000 dólares por segundo.
Recordemos que estos números corresponden al presupuesto militar solamente de Estados Unidos, y solamente de un año. A todo esto se le podría agregar la cantidad de dinero que Estados Unidos destina a equipar otros ejércitos o movimientos armados afines a sus intereses, como por ejemplo Israel o los paramilitares colombianos, y la cantidad de dinero que otros países desarrollados destinan al gasto militar.
Paralelamente, 3.000 millones de personas en el mundo sobreviven con menos de dos dólares diarios.
No hace falta imaginar qué sencillo sería combatir el hambre y la miseria acabando con el gasto militar.
¿Por qué esto no ocurre? La respuesta es simple, y desnuda la mentira del capitalismo y el libre mercado: no existe tal prosperidad a partir del capitalismo, la apertura económica, el reinado de las multinacionales, el libre comercio, los TLC, el ALCA, etc.
Lo único que esas políticas promueven es una escandalosa riqueza en pocas manos. A la vez, algunos sectores de las clases medias se ven beneficiados tangencialmente, como mano de obra calificada.
El resto de la humanidad se ve empujada a la explotación, en el mejor de los casos, o al hambre, la miseria y la desnutrición, en el peor de los escenarios.
La única manera de mantener el sistema, es destinando buena parte de las utilidades al gasto militar.
Pero aquí no termina todo: ¿Quiénes son los dueños de las megacorporaciones del complejo militar-industrial? Obviamente, los mismos que se empeñan en sostener el sistema, por lo que todo es un círculo criminal.
Esto se sostiene con la anuencia de buena parte de las clases medias, alienadas con productos superfluos, consumismo inocuo y por los mensajes que se emiten desde los medios de des-información, que, oh casualidad, también son propiedad de los mismos sostenedores del sistema.
¿Y los pobres? Es imposible masacrar a todos. Es cierto, para ello está la religión. Las iglesias, todas, son el principal bastión espiritual de este desastre. Durante milenios han sembrado la idea de que éste mundo es un lugar de paso, y que la verdadera felicidad llega después, eso sí, únicamente si nos portamos bien (Léase resignarse a nuestra suerte y no cuestionar).
Para los que se mantienen inmunes a todo esto, y además se organizan para enfrentarlo, ahí sí, están las bombas.
Esto no es democracia, no es el "mundo libre", no es civilización. Esto tiene un sólo nombre: Barbarie.
Todos los imperios han caído. La historia es testigo de ello. Y éste no será la excepción. Pero no se caerá solo. Hay que voltearlo. Está en nosotros logarlo, y mucho más importante, construir la alternativa.
Un sistema inclusivo, solidario, que priorice la realización del individuo como sujeto social y no como consumidor. Una sociedad internacionalista, sin fronteras, donde todos valgamos por igual.
Esa alternativa existe: se llama socialismo. Pero el socialismo real, no el esperpento en el que se convirtió la Unión Soviética. No el engendro en que ha devenido China. Un socialismo democrático, horizontal, participativo y popular. Un socialismo que no permita la apropiación de los medios de producción. En definitiva, un mundo feliz.
Hoy la alternativa está más visible que nunca.
Es Socialismo o Barbarie.
La elección es nuestra.
6 Comments:
Una vez más disiento contigo Daniel, estoy de acuerdo contigo en que los militares son la peor inversión de un país, más aún en el caso de USA porque los utiliza para meterse en cuanto problema hay que no le incumba y ni siquiera funcionan como militares de defensa....también creo que tienes razón es que ese es un gasto que podría invertirse en otras cosas, educación, salud, etc. Desafortunadamente no se hace.
Ahora bien, insisto no asumas que las empresas capitalistas salvajes y así horribles como te parecenm están destinadas solo a poner el dinero en manos de unos pocos y yo estoy de acuerdo con el sector privado por:
1.-En mi país invierten en proporción, más dinero a grandes programas sociales que el gobierno, más aún considerando que los programas de esta gente realmente son buenos.
2.- Promueven el empleo, en Venezuela se ha acabado con muchas empresas dejando a miles de personas desempleadas, si en algún momento me ofrecen una alternativa según la cual el pueblo pueda trabajar en un sector distinto con los mismos beneficios, entonces allí podré hablar de una eliminación del sector privado.
3.- Recuerda lo que te decía de mi mamá...no son ningunos explotadores, el problema en mi país es y siempre ha sido que el funcionario público en el 80% de los casos cobra sin trabajar, porque llega tarde, se va temprano y no trabaja, eso ha sido así desde 1958 y es una situación repetitiva en cada gobierno. Por contraposición, el que trabaja en una empresa privada triene que trabajar realmente y cumplir las normas, porque si no, lo botan...me parece bien...para qué tener empleado a unos vagos? si quieren ganar que trabajen. Así que, si el salario es acorde con el nivel de trabajo y de instrucción de la persona, me parece muy bien que hayan empresas públicas y no se está explotando a nadie.
Hola amigo Daniel el hecho de que esté en desacuerdo con muchas cosas quiere decir que voy a catalogar a alguien de esto o aquello por su forma de pensar todos somos diferentes y es allí donde radica la belleza del ser humano, además te digo que así como critico las cosas que no me parecen justas de el gobierno también las de la oposición me gusta ser justa y no soy para nada extremista creo en el equilibrio de las cosas, además la ideología del cantante Silvio Rodríguez no le resta para nada belleza a sus canciones que en fin me gustan por lo que proyectan por su sensibilidad y romanticismo (en este caso). Saludos recuerda negros, blancos, altos, bajos, chavistas o escuálidos todos cabemos en este mundo y podemos ser amigos no?
Fuerte analisis, y muy acertado por lo demas.
Tenemos claro que de esta supuesta y hermosa "globalizacion" solo las potencias mundiales (como el G9 o EE.UU.) salen beneficiados, con los tratados que les permiten aprovecharse libremente de otros paises.
Y sí, esta en nosotros dar la pelea.
Saludos!
Lo del libre flujo es una falacia aberrante desde el momento que el país que más quiere imponer esa política económica es el país que da los subsidios millonarios al agro para matar la exportaciones de los países agropecuarios, y después dicen que el Estado no tiene que meter mano, ellos están donde están porque el esatdo nunca dejó de meter mano o dejó realemnte libre al mercado.
Saludos
Dani, sin dudas, tu mejor post. Coincido desde la primera hasta la última letra con vos. Sabés que yo suelo no ser terminante pero esto que decís no se somete a duda, simplemente: ES ASI. No lo decís vos, no lo digo yo. Lo dicen las tremendas cifras que se necesita para bombardear a un país, me niego a llamarlo "guerra" porque tanto como lo de Irak, no eran dos ejércitos armados luchando sino una invasión terrorista por parte de...adiviná???.."El país de la libertad" cuál otro???. Que es el mayor terrorista de este planeta. En asociación con la iglesia, como vos decís, que juega el importante papel de amansar a las muchedumbres con bonitos dicursos conformistas y de la sumisión más absoluta a fin de enriquecer sus intereses. Si no hay pobres, no sirve. Son necesarios para ser víctimas de sus macabros planes. Una prueba mas que el capitalismo es la barbarie.
A continuación, te regalo una hermosa canción que sé que es una de tus preferidas y tiene una letra inmensamente descriptiva, un poema. Que la disfrutes vos y a todas las personas que te leen, los invito a conocerla. Es de León Giego, un compositor argentino que hace mucho por el país realizando conciertos solidarios y donando sus regalías musicales a los que más lo necesitan. A toda esa gente que mi país olvidó.
La memoria
León Gieco.
Los viejos amores que no están
La ilusión de los que perdieron
Todas las promesas que se van
y los que en cualquier guerra se cayeron
Todo está guardado en la memoria
Sueño de la vida y de la historia
El engaño y la complicidad
de los genocidas que están sueltos
El indulto y el Punto Final
a las bestias de aquel infierno
Todo está guardado en la memoria
Sueño de la vida y de la historia
La memoria despierta para herir
a los pueblos dormidos
que no la dejan vivir
libre como el viento
Los desaparecidos que se buscan
con el color de sus nacimientos
El hambre y la abundancia que se juntan
El maltrato con su mal recuerdo
Todo está clavado en la memoria
Espina de la vida y de la historia
Dos mil comerían por un año
con lo que cuenta un minuto militar
Cuántos dejarían de ser esclavos
por el precio de una bomba al mar
Todo está clavado en la memoria
Espina de la vida y de la historia
La memoria pincha hasta sangrar
a los pueblos que la amarran
y no la dejan andar
libre como el viento
Todos los muertos de la AMIA
y los de la Embajada de Israel
El poder secreto de las armas
La justicia que mira y no ve
Todo está escondido en la memoria
Refugio de la vida y de la historia
Fue cuando se callaron las iglesias
fue cuando el fútbol se lo comió todo
que los padres palotinos y Angelelli
dejaron su sangre en el lodo
Todo está escondido en la memoria
Refugio de la vida y de la historia
La memoria estalla hasta vencer
a los pueblos que la aplastan
y no la dejan ser
libre como el viento
La bala a Chico Mendez en Brasil
150 mil guatemaltecos
los mineros que enfrentan al fusil
represión estudiantil en México
Todo está cargado en la memoria
Arma de la vida y de la historia
América con almas destruidas
Los chicos que mata el escuadrón
Suplicio de Mugica por las villas
Dignidad de Rodolfo Walsh
Todo está cargado en la memoria
Arma de la vida y de la historia
La memoria apunta hasta matar
a los pueblos que la callan
y no la dejan volar
libre como el viento
Un beso enorme, Mariann.-
Muy bueno que haya habido opiniones diversas.
Lycette: ya hemos discutido el tema largamente. Creo que la diferencia más grande que tenemos es que mientras vos aún creés en que el capitalismo puede resolver los problemas, si es gestionado por hombres honestos y capaces, yo creo que lo que no funciona es el capitalismo en sí mismo.
Ángeles: Buenísimo que te guste Silvio. Y sí, todos cabemos en este mundo. El problema es que el capitalismo pretende ser absoluto, y no quiere dejar espacios para otras alternativas. Ante eso, lamentablemente, sólo queda la lucha.
Lorena y Diego: Gracias por sus comentarios. Es bueno sembrar conciencia sobre esto.
Mariann: Gracias por traer esa maravillosa canción, una de las más extraordinarias que recuerde. Muy bueno tu comentario.
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